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        西班牙語(yǔ)學(xué)習(xí):西班牙語(yǔ)閱讀《一千零一夜》連載二十九 b

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            西語(yǔ)閱讀:《一千零一夜》連載二十九 b
            PERO CUANDO LLEGÓ LA 312 NOCHE
             
            
            Ella dijo:
            
            ... un tronco de caballos de la más pura raza árabe.
            Entonces me vi obligado a partir contra mi gusto aquella vez, y me embarqué en una nave que salía de Bassra.
            Tanto nos favoreció el Destino, que a los dos meses, día tras día, lle­gamos a Serendib con toda seguridad. Y me apresuré a llevar al rey la carta y los obsequios del Emir de los Creyentes.
            Al verme, se alegró y satisfizo el rey, quedando muy complacido de la cortesía del califa. Quiso entonces retenerme a su lado una larga tem­porada; pero yo no accedí a quedar­me más que el tiempo preciso para descansar. Después de lo cual me despedí de él, y colmado de consi­deraciones y regalos, me apresuré a embarcarme de nuevo para tomar el camino de Bassra, por donde ha­bía ido.
            Al principio nos fue favorable el viento, y el primer sitio a que arri­bamos fue una isla llamada la isla de Sin. Y realmente, hasta entonces habíamos estado contentísimos, y du­rante toda la travesía hablábamos unos con otros, conversando tran­quila y agradablemente acerca de mil cosas.
            Pero un día, a la semana después de haber dejado la isla, en la cual los mercaderes habían hecho varios cambios y compras, mientras está­bamos tendidos tranquilos, como de costumbre, estalló de pronto sobre nuestras cabezas una tormenta terri­ble y nos inundó una lluvia torren­cial. Entonces nos apresuramos a tender tela de cáñamo encima de nuestros fardos y mercancías para evitar que el agua los estropease, y empezamos a suplicar a Alah, que alejase el peligro de nuestro camino.
            En tanto permanecíamos en aque­lla situación, el capitán del buque se levantó, apretóse el cinturón a la cintura, se remangó las mangas y la ropa, y después subió al palo mayor, desde el cual estuvo mirando bastante tiempo a derecha e izquier­da. Luego bajó con la cara muy amarilla, nos miró con aspecto com­pletamente desesperado, y en silen­cio empezó a golpearse el rostro y a mesarse las barbas. Entonces corri­mos hacia él muy asustados y le preguntamos: “¿Qué ocurre?” Y él contestó: “¡Pedidle a Alah que nos saque del abismo en que hemos caí­do! ¡Oh más bien, llorad por todos y despedíos unos de otros! ¡Sabed que la corriente nos ha desviado de nuestro camino, arrojándonos a los confines de los mares del mundo!”
            Y después de haber hablado así, el capitán abrió un cajón, y sacó de él un saco de algodón, del cual ex­trajo polvo que parecia ceniza. Mo­jó el polvo con un poco de agua, esperó algunos momentos, y se puso luego a aspirar aquel producto. Des­pués sacó del cajón un libro peque­ño, y leyó entre dientes algunas pá­ginas, y acabó por decimos: “Sabed, ¡oh pasajeros! que el libro prodigioso acaba de confirmar mis suposicio­nes. La tierra que se dibuja ante nos­otros en lontananza, es la tierra conocida con el nombre de Clima de los Reyes. Ahí se encuentra la tum­ba de nuestro señor Soleimán ben­-Daúd (西班牙留學(xué)網(wǎng)xibanya.liuxue86.com) Ahí se crían monstruos y ser­pientes de espantable catadura. Ade­más, el mar en que nos encontriamos está habitado por monstruos marinos que se pueden tragar de un bocado los navíos mayores con car­gamento y pasajeros! ¡Ya estáis avi­sados! ¡Adiós!”
            Cuando oímos estas palabras del capitán, quedamos de todo punto es­tupefactos, y nos preguntábamos qué espantosa catástrofe iría a pasar, cuando de pronto nos sentimos le­vantados con barco y todo, y des­pués hundidos bruscamente, mien­tras se alzaba del mar un grito.más terrible que el trueno. Tan espanta­dos qudamos que dijimos nuestra última oracion, y permanecimos iner­tes como muertos. Y de improviso vimos que sobre el agua revuelta y delante de nosotros, avanzaba hacia el barco un monstruo tan alto y tan grande como una montaña, y des­pués otro.monstruo mayor, y detrás otro tan enorme como los dos jun­tos. Este último brincó de pronto por el mar, que se abría como una sima, mostró una boca más profunda que un abismo, y se tragó las tres cuar­tas partes del barco con cuanto con­tenía. Yo tuve el tiempo justo para retroceder hacia lo alto del buque y saltar al mar, mientras el monstruo acababa de tragarse la otra cuarta parte, y desaparecía en las profun­didades con sus dos compañeros.
            Logré agarrarme a uno de los ta­blones que habían saltado del barco al darle la dentellada el monstruo marino, y después de mil dificultades pude llegar a una isla que afortuna­damente estaba cubierta de árboles frutales y regada por un río de agua excelente. Pero noté que la corriente del río era rápida hasta el punto de que el ruido que hacía oíase muy a lo lejos. Entonces, y al recordar co­mo me salvé de la muerte en la isla de las pedrerías, concebí la idea de construir una balsa igual a la anterior y dejarme llevar por la corriente. En efecto, a pesar de lo agradable de aquella isla nueva, yo pretendía vol­ver a mi país. Y pensaba: “Si logro salvarme, todo irá bien, y haré voto de no pronunciar siquiera la palabra viaje, y de no pensar en tal cosa du­rante el resto de mi vida. ¡En cam­bio, si perezco en la tentativa, todo irá bien asimismo, porque acabaré definitivamente con peligros y tribu­laciones.”
            Me levanté, pues, inmediatamente, y después de haber comido alguna fruta, recogí muchas ramas grandes cuya,especie ignoraba entonces, aun­que luego supe eran de sándalo, de la calidad más estimada por los mer­caderes, a causa de su rareza. Des­pués empecé a buscar cuerdas y cor­deles, y al principio no los encontré; pero vi en los árboles unas plantas trepadoras y flexibles, muy fuertes, que podían servirme. Corté las que me hicieron falta, y las utilicé para atar entre sí las ramas grandes de sándalo. Preparé de este modo una enorme balsa, en la cual coloqué fru­ta en abundancia, y me embarqué diciendo: “¡Si me salvo, lo habrá querido Alah!”
            Apenas subí a la balsa Y me hube separado de la orilla, me vi arras­trado con una rapidez espantosa por la corriente, y sentí vértigos, y caí desmayado encima del montón de fruta exactamente igual que un pollo borracho.
            Al recobrar el conocimiento, miré a mi alrededor, y quedé más inmó­vil de espanto que nunca, y ensorde­cido por un ruido como el del true­no. El río no era más que un to­rrente de espuma hirviente, y más veloz que el viento, que chocando con estrépito contra las rocas, se lan­zaba hacia un precipicio que adivi­naba yo más que veía. ¡Indudable­mente iba a hacerme pedazos en él, despeñándome sabe quién desde qué altura!
            Ante esta idea aterradora, me aga­rré con todas mis fuerzas a las ra­mas de la balsa, y cerré los ojos ins­tintivamente para no verme aplasta­do y destrozado, e invoqué el nom­bre de Alah antes de morir. Y de pronto, en vez de rodar hasta el abis­mo, comprendí que la balsa se para­ba bruscamente encima del agua, y abrí los ojos un minuto por saber a qué distancia estaba de la muerte, y no fue para verme estrellado contra los peñascos, sino cogido con mi bal­sa en una inmensa red, que unos hombres echaros sobre mí desde la ribera. De esta suerte me hallé co­gido y llevado a tierra, y allí me sacaron o vivo y medio muerto de entre las mallas de la red, en tan­to transportaban a la orilla mi balsa. Mientras yo permanecía tendido, inerte y tiritando, se adelantó hacia mí un venerable jeique de barbas­ blancas, que empezó por desearme la bienvenida, y por cubrirme- con ropa caliente que me sentó muy bien. Reanimado ya por las fricciones y el masaje que tuvo la bondad de darme el anciano, pude sentarme, pero sin recobrar todavía el uso de la palabra.
            Entonces el anciano me cogió del brazo, y me llevó suavemente al hammam, en donde me hizo tomar un baño excelente que acabó de res­tituirme el alma; después me hizo aspirar perfumes exquisitos y me los echó por todo el cuerpo, y me llevó a su casa.
            Cuando entré en la morada de aquel anciano, toda su familia se alegró mucho de mi llegada, y me re­cibió con gran cordialidad y demos­traciones amistosas. El mismo ancia­no hizome áentar en medio del di­ván de la sala de recepcion, y me dio a comer cosas de primer orden, y a beber un agua agradable perfu­mada con flores. Después quemaron incienso a mi alrededor, y los escla­vos me trajeron agua caliente y aromatizada para lavarme las manos, y me presentaron servilletas ribeteadas de seda, para secarme los dedos las barbas y la boca. Tras de lo cual el anciano me llevó a una habitación muy bien amueblada, en donde que­dé solo, porque se retiró con mucha discreción. Pero dejó a mis órdenes varios esclavos que de cuando en cuando iban a verme por si necesitaba sus servicios.
            Del propio modo me trataron du­rante tres días, sin que nadie me in­terrogase ni me dirigiera ninguna pregunta, y no dejaban que careciese de nada, cuidándome con mucho es­mero, hasta que recobré completa­mente las fuerzas, y mi alma y mi corazón se calmaron y refrescaron. Entonces, o sea la mañana del cuar­to día, el anciano se sentó a mi lado, y después de las zalemas, me dijo: “¡Oh huésped, cuanto placer y sa­tisfacción hubo de proporcionarnos tu presencia! ¡Bendito sea Alah, que nos puso en tu camino para salvar­te del abismo! ¿Quién eres y de dón­de vienes?” Entonces di muchas gra­cias al anciano por el favor enorme que me había hecho salvándome la vida y luego dándome de comer ex­celentemente, y de beber excelentemente, y perfumándome excelente­mente, y le dije: “.¡Me llamo Sindbad el Marino! ¡Tengo este sobrenombre a consecuencia de mis grandes viajes por mar y de las cosas extraordína­rías que me ocurrieron, y que si se escribieran con agujas en el ángulo de un ojo, servirían de lección a los lectores atentos!” Y le conté al an­ciano mi historia desde el principio hasta el fin, sin omitir detalle.
            Quedó prodigiosamente asombra­do entonces el jeique, y estuvo una hora sin poder hablar, conmovido por lo que acababa de oír. Luego le­vantó la cabeza, me reiteró la expre­sión de su alegría por haberme so­corrido, y me dijo: “¡Ahora, ¡oh huésped mío! si quisieras oír mi con­sejo, venderías aquí tus mercancías, que valen mucho dinero por su ra­reza y calidad!”
            Al oír las palabras del viejo, llegué al límite del asombro, y no sabiendo lo que quería decir ni de qué mer­cancías hablaba, pues yo estaba des­provisto de todo, empecé por callar­me un rato, y como de ninguna ma­nera quería dejar escapar una oca­sion extraordinaria que se presenta­ba inesperadamente, me hice el enterado, y conteste: “¡Puede que sí!” Entonces el anciano me dijo: “No te preocupes, hijo mío, respecto a tus mercaderías. No tienes más que levantarte y acompañarme al zoco. Yo me encargo de todo lo demás. Si la mercancía subastada produce un precio que nos convenga, lo acep­taremos; si no, te haré el favor de conservarla en mi almacén hasta que suba en el mercado. ¡Y en tiempo oportuno podremos sacar un precio más ventajoso!”
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            感謝閱讀《西班牙語(yǔ)學(xué)習(xí):西班牙語(yǔ)閱讀《一千零一夜》連載二十九 b》一文,我們精心為您準(zhǔn)備延伸閱讀:西班牙語(yǔ)學(xué)習(xí)技巧
            西班牙語(yǔ)沒有英語(yǔ)這么復(fù)雜的發(fā)音規(guī)則。他幾乎每一個(gè)字母都只有一個(gè)特定的音,我舉個(gè)例子,a這個(gè)字母無論何時(shí)都發(fā)“阿”這個(gè)音,e發(fā)“唉”(口型小點(diǎn),跟英語(yǔ)里的e差不多)。西班牙語(yǔ)只有一個(gè)音是比較難發(fā)的,那就是r這個(gè)字母,他發(fā)的是大舌顫音,其實(shí),西班牙語(yǔ)最難得不是他的發(fā)音,而是他的語(yǔ)法和動(dòng)詞變位。你一學(xué)就知道了,背的東西太多。還有,他的語(yǔ)速不是一般的快,你要做好心理準(zhǔn)備,和英語(yǔ)不是一個(gè)數(shù)量級(jí)的??!我建議你最好提前買一本西班牙語(yǔ)看看,因?yàn)樗扔⒄Z(yǔ)難學(xué)的多的多 。
            1. 西班牙語(yǔ)屬于拉丁語(yǔ)系,比英語(yǔ)要科學(xué),是不要音標(biāo)的拼音文字,掌握發(fā)音規(guī)則后就能夠”見詞發(fā)音”。短短的入門,學(xué)的好,就可以地道流利地讀出所有的西班牙文章,這是第一關(guān)!西班牙諺語(yǔ)中把最難做的事情比做”學(xué)漢語(yǔ)”,可見有中文水平的人學(xué)西班牙不是成了最容易的事了?
            2. 西班牙語(yǔ)的小舌音,卷舌連續(xù)抖動(dòng)的r、rr是中國(guó)人的難點(diǎn),竅門有三。一、發(fā)音前多加上“德拉”;二、利用漱口的時(shí)候,多延時(shí)5分鐘——“嘟魯魯”;三、堅(jiān)持2-4周利用上下班和無人的時(shí)候,練習(xí)卷舌,以上三點(diǎn)定會(huì)讓你有“西班牙”味!還有些音是要聲帶鎮(zhèn)動(dòng)的,要注意!
             3. 掌握西班牙語(yǔ)動(dòng)詞的變位也是個(gè)要死記硬背,熟能生巧的活!他的變化是為了口語(yǔ)交流中大量的省略主語(yǔ),口語(yǔ)的方便帶來的動(dòng)詞變位頭痛是每一個(gè)有志學(xué)好西班牙語(yǔ)的人要克服的難關(guān)。有人說:“流利地讀,熟練變位”掌握好了,西班牙語(yǔ)就學(xué)會(huì)了一半啊!初學(xué)者就沒有白學(xué)!你也知道了重點(diǎn)在哪里了,可以集中精力去攻哪一塊了。
             4. 有點(diǎn)英語(yǔ)基礎(chǔ)的人,會(huì)發(fā)現(xiàn)西班牙語(yǔ)單詞在多數(shù)主要單詞詞干上非常接近,這樣大家學(xué)習(xí)起來又省了些勁!
             5. 學(xué)習(xí)任何外國(guó)語(yǔ),要以模仿開口為優(yōu)先,背會(huì)一句就應(yīng)用一句,這樣就算掌握了。不要,先糾語(yǔ)法一堆,就是不敢開口!講錯(cuò)了,因?yàn)槟闶峭鈬?guó)人,別人的背景比你大,所以人家仍然能聽懂你,就象外國(guó)人講漢語(yǔ),即使很不準(zhǔn),你也能聽懂,搞明白,會(huì)原諒他的不標(biāo)準(zhǔn)的。膽子大是第一啊,有人說過,你學(xué)外語(yǔ)多數(shù)都不是為了當(dāng)電臺(tái)標(biāo)準(zhǔn)播音員吧,何況,即使母語(yǔ)能挑上當(dāng)播音員的又有幾個(gè)?降低標(biāo)準(zhǔn),抓住重點(diǎn),能繞開你學(xué)語(yǔ)言的誤區(qū)!
            2012年02月22日 《西班牙語(yǔ)學(xué)習(xí):西班牙語(yǔ)閱讀《一千零一夜》連載二十九 b》來源于西班牙留學(xué)https://xibanya.liuxue86.com